CONSEJOS, ENTREVISTA, ENLACE Y BIBLIOGRAFÍA

Consejos para afrontar una depresión

Para afrontar una depresión es necesario cuidar la mente, pero también el cuerpo. Algunas de las siguientes recomendaciones pueden ser útiles a la hora de superar esta enfermedad:

  • Hablar y desahogarse. Elegir a un amigo/a o familiar de confianza como confidente, y contarle cómo nos sentimos. También es importante buscar a un profesional sanitario que nos ayude.
  • No tomar decisiones precipitadas.Aplazar las decisiones importantes, como puede ser un divorcio, un cambio de empleo o contraer matrimonio, hasta que nos sintamos mejor. Escribir en un papel cómo nos sentimos o qué nos preocupa: expresarlo en palabras nos ayudará a reflexionar sobre ello y a ponerlo en perspectiva.
  • Ser  sincero. Tanto con nosotros mismos como con el profesional que nos  ayude a afrontar la depresión. Expresar de manera franca todo lo que sentimos nos facilitará la recuperación. 
  • Pensar en positivo.Mantener la esperanza, muchísimas personas han superado este problema. Plantearse metas realistas y no ser impaciente: la depresión no desaparecerá de manera súbita, sino que, poco a poco, los pensamientos positivos irán reemplazando a los negativos.
  • No encerrarse en sí mismo.No aislarnos. Aunque no tengamos muchas ganas, intentar seguir relacionándonos con amigos o familiares, pasar tiempo con ellos y mantener las actividades de ocio habituales siempre que sea posible. Seguir activo nos ayudará a conservar una actitud positiva.
  • Movernos. Hacer deporte, dar  un paseo o practicar otro tipo de actividades de ocio, como ir al cine o participar en eventos sociales, con las que antes disfrutábamos. Respirar aire puro y el movimiento te ayudarán a sentirte mejor física y emocionalmente. También es muy aconsejable que alguna de estas actividades sea en compañía.
  • Comer y dormir bien. Aunque no sintamos apetito, no descuidar lo que comemos. Una dieta variada y equilibrada, rica en frutas y verduras,nos ayudará a sentirnos más fuertes. Así mismo, mantener unos horarios regulares de sueño te ayudará a sentirnos más reposados. Si no logramos conciliar el sueño, es importante acostarnos igualmente y escucha la radio o ver la televisión, al menos tu cuerpo podrá descansar. Frecuentemente, durante el tratamiento de la depresión, el sueño y el apetito comenzarán a mejorar antes de que el estado de ánimo deprimido desaparezca.
  • Intentar  evitar el estrés.En el día a día, clasifica las tareas en grandes y pequeñas y establecer prioridades sin agobiarnos. Recuerda que no pasa nada si no llega uno a todo.
  • No abusar del alcohol u otras drogas. No caer en la tentación de recurrir al alcohol o a otras drogas para sentirse mejor, pues, una vez se haya disipado el efecto de relajación o euforia que provocan estas sustancias, los sentimientos de tristeza y desesperanza se volverán más intensos.
  • Cumplir el tratamiento médico.Acudir a todas las citas y seguir sus recomendaciones y, en caso de prescripción de antidepresivos, es muy importante seguir las instrucciones, tomar las dosis con exactitud y que no interrumpir el tratamiento por nuestra cuenta.

Descanso para la depresión

Primera línea: Entrevista con el paciente triste o deprimido 

El paciente triste o deprimido probablemente se sentirá incapaz de enfrentarse a sus problemas. Tal vez sus movimientos sean lentos y podrá tener baja autoestima. Podrá cursar con hipersomnia o insomnio. 

En la entrevista su actitud será callada y sumisa. Por ejemplo, esperará a que le digamos que puede sentarse y no hablará hasta que le preguntemos. Debemos respetar estas características y no apremiarle. 

Como sus respuestas serán lentas la enfermer@ de salud mental deberá proporcionarle tiempo para contestar. Hay que mitigar sus sentimientos de incapacidad, transmitiendo que está realizando una buena entrevista: lo está haciendo muy bien; estoy muy satisfecho con su participación; me está siendo de gran ayuda.

Es posible que durante la entrevista se presente el llanto. Es algo común con este tipo de pacientes. Hay que estar preparado con pañuelos a mano, y dejando que la persona se desahogue. Debemos averiguar los factores desencadenantes de la tristeza. Es posible que el paciente los conozca.También es posible que no sea consciente de ellos. Para ello es imprescindible una buena anamnesis y técnicas de sondeo.

La depresión puede ser un síntoma que hunda sus raíces muchas décadas atrás. Son útiles preguntas como: ¿desde cuándo se siente así? o ¿ha sufrido alguna pérdida recientemente? La enfermer@ no debe olvidarse de ideas como las de hacerse daño a uno mismo, entre ellas el suicidio. Hay que preguntar sin miedo, pero con tacto. Algunas formas de aproximación son: ¿Ha pensado alguna vez en hacerse daño a sí mismo? ¿Le viene a la mente la idea de no querer vivir? ¿Ha querido alguna vez acabar con todo? Los pacientes que tienen ideas de suicidio se sienten aliviados de poder expresarlas. Debemos recordar que el objetivo fundamental en la entrevista con el paciente deprimido es aliviar su sufrimiento.

Bibliografía

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