ESCURIDADE VERBAL, DIFICULTADE CONCEPTUAL: CARRILLO E JÁUREGUI

Y en lo que toca a mi discurso, el fin suyo y mío es probar, siendo vicio la oscuridad, como lo es no ser oscuro a lo que el vulgo da tal nombre, y esto basta a quien sabe tanto (Carrillo, Libro de la erudición poética).

Sea el primer supuesto que no es ni debe llamase oscuridad en los versos el no dejarse entender de todos, y que a la poesía ilustre no pertenece tanto la claridad como la perspicuidad. Que se manifieste el sentido no tan inmediato y palpabre, sino con ciertos resplandores no penetrables a vulgar vista: a esto llamo perspicuo y a lo otro claro (Jáuregui, Discurso poético).

Hay, pues, en los autores dos suertes de oscuridad diversísimas: la una consiste en las palabras, esto es, en el orden y modo de la locución y en el estilo del lenguaje solo; la otra en las sentencias, esto es, en la materia y argumento mismo, y en los conceptos y pensamientos dél (Jáuregui, Discurso poético).

Esta segunda oscuridad, o bien la llamemos dificultad, es las más veces loable, porque la grandeza de las materias trae consigo el no ser vulgares y manifiestas, sino escondidas y difíciles: este nombre les pertenece mejor que el de oscuras (Jáuregui, Discurso poético).