TRANSMISIÓN
Quevedo no publicó en vida su poesía, salvo contadas excepciones: en antologías, colecciones de romances y pliegos sueltos.
Esbozó un preciso diseño editorial que no llegó a la imprenta antes de su muerte.
Tras ella, dos ediciones póstumas plasmaron la idea del autor, si bien de modo imperfecto: la de González de Salas, El Parnaso español, en 1648; y la de Pedro Aldrete, Las tres musas últimas castellanas, en 1670, fruto de un proceso irregular.
Portada de El Parnaso español
Portada de Las tres musas últimas castellanas.