URANIA
Heráclito y Lágrimas
Los problemas textuales fundamentales de la musa Urania proceden de un grupo muy concreto de poemas, Lágrimas de un penitente.
Este conjunto se confundió con el que Quevedo difundió de forma manuscrita en 1613: Heráclito cristiano.

Blecua desvirtuó ambos poemarios, mezclando fases de redacción y propósitos diferentes, problema que se reitera en las ediciones siguientes.

La mayoría de los poemas de esta musa poseen entre una y tres fuentes textuales, con excepción de las composiciones de Lágrimas y poemas sueltos como «La profecía en su verdad quejarse», con 15 testimonios.

Variantes de autor. Puntuación e interpretación
Basta mencionar un único ejemplo de versiones variantes, en el que la versión más sintética parece corresponderse con la versión más tardía: 22 versos en lugar de 28, con importante repercusión en el sentido del poema.
En Heráclito, destacan el tono penitencial y las exclamationes patéticas, dispuestas de modo paralelístico y en pareado, como cierre idóneo del poema; y también la expresión más dilatada, la delectación en la suma de imágenes enfáticas para la trágica confusión del nacimiento y la muerte.
El tono más sereno y reflexivo de Lágrimas acentúa la sentenciosidad moral, con imágenes más directas y contundentes para evocar la cuna y la sepultura.

Pero también los poemas de esta musa que han recibido mayor atención crítica plantean aún problemas de puntuación e interpretación.
En el pasaje del Poema heroico, el verbo ver (vio) parece tener como sujeto «quien tuvo hermosura», y como complemento directo «gran desventura», frente a la interpretación y la puntuación de Blecua.


