ISÓTOPOS ESTABLES Y RESTOS ÓSEOS HUMANOS

Isótopos estables y restos óseos humanos

La estructura química del hueso y de los dientes nos puede informar sobre la dieta, la demografía y la movilidad de los individuos a los que pertenecen. Los estudios de isótopos estables nos proporcionan una evidencia directa sobre estos tres puntos.

El descubrimiento de los isótopos estables se realizó en 1913 (Thomson 1913) asociado al invento del espectrómetro de masas, que permite su detección y estudio, pero su coste era muy alto. Años después, el avance de las técnicas y maquinaria de detección permitió que en 1942 se iniciara el uso comercial de los espectrómetros. Y finalmente a partir de los años ochenta con la mejora de las técnicas y el descubrimiento de los diferentes isótopos, estos análisis empezaron a formar parte fundamental de la biología, geología y química, entre otras ciencias.

El primer uso de los isótopos en el campo de la arqueología y la antropología física fue el estudio de la dieta sobre una muestra ósea. A finales de los años setenta Deniro, Van der Merwe y colaboradores (Deniro and Epstein 1978; Van der Merwe and Vogel 1978; Deniro and Epstein 1981) estudiaron la proporción de maíz en la dieta de poblaciones americanas. Se Basaron en el descubrimiento (Bender 1968) de que las plantas con respiración C4, como el maíz,  presentan una absorción diferencial de los isótopos de carbono.

Hoy en día este tipo de estudios, ya no son novedad, y al contrario forman parte estable de los trabajos de antropología física. En ellos se analiza los componentes orgánicos e inorgánicos del hueso, uñas y pelo, tanto en el estudio de necrópolis como en casos forenses.

Figura 32. Inhumación secundaria (Foto: OLC).

Metodología

Todo análisis de isótopos estables sigue una serie de pasos independientemente de la muestra y del objetivo del trabajo, citamos los cinco pasos según Ambrose (Ambrose 1993).

  • El primer paso es el aislamiento y purificación de la fracción de tejido que quiere analizar.
  • Después se realiza una conversión cuantitativa a gases sin separar la fracción isotópica.
  • Seguidamente los gases son destilados y recogidos separando cada elemente analizado.
  • El espectrómetro de masas nos da la composición isotópica de cada elemento.
  • Y, por último, se presentan los datos de una manera estudiable.

El aislamiento y purificación del tejido es un punto crítico y se deben evitar, en la medida de lo posible, las contaminaciones.

Este proceso varía si analizamos la fracción orgánica, colágeno u otras proteínas, o la inorgánica, hidroxiapatita en el caso de huesos.

Sobre estos dos puntos, la posible contaminación y la elección del tejido analizado, se desarrolla la variabilidad de la metodología. Es opción del autor elegir el método que considere más adecuado para el objetivo del estudio. En muchos casos se realiza un estudio en unas muestras piloto previo a la elección definitiva del método.